viernes, 20 de septiembre de 2013

MOMENTOS A SOLAS.

ARTICULO 3
"LA TRISTEZA"
POR  LAURA SANCHEZ TORRES


 


L

a tristeza es una emoción bastante fuerte, de hecho, es una de las emociones negativas que puede tener aspectos muy sutiles.

Es importante observar que hemos estado creando a cada instante de nuestra vida, una serie de emociones que han estado desplegando en nosotros todo una realidad emocional. La tristeza es un desequilibrio que ha estado desarrollándose pensamiento tras pensamiento, emoción tras emoción; y cuando uno ya ha tomado una mala postura no es fácil adoptar una nueva, como cuando por causa del dolor uno adopta una postura física inadecuada, después corregirla a pesar que no es ni buena ni natural, llega a ser difícil o imposible. 

De la misma manera que nuestro cuerpo al tomar malos hábitos pierde la capacidad de crear y renovar los buenos, así ocurre lo mismo con nuestra realidad emocional, cada pensamiento, cada sentimiento ha llegado a conformar el tipo de realidad emocional que tenemos en el presente.

Se ha puesto tanto énfasis en la felicidad, en el pensamiento positivo y en la autoestima, que corremos riesgo de olvidar que para ser personas plenas necesitamos aprender a sobrellevar también los momentos difíciles.

Sabemos que las emociones “positivas” son más disfrutables y las aceptamos sin reparos, pero es absolutamente normal sentirnos invadidos de vez en cuando por el pesar, o agobiados de angustia, duda o desilusión ya que cuando  estás triste, es fácil que el mundo te parezca oscuro e inhóspito, y que no haya nada que te haga ilusionar.  Todas estas sensaciones tienen algo que enseñarnos acerca de nosotros mismos, es posible que el dolor que sientes en tu interior no permita que aflore tu buen humor habitual.

Cuando estés triste, es posible que tengas ganas de llorar, y a veces te resultará difícil contener las lágrimas, pero probablemente el hecho de llorar te ayudará a sentirte mejor

Tal parece que nos hemos vuelto temerosos de la tristeza,  todo el mundo quiere escapar de ella, pero lo realmente peligroso, es que todo el mundo la desprecia. La tristeza está minusvalorada (valorar una cosa o una persona en menos de lo que vale) hoy en día, ya que la tristeza es importante, o mejor dicho imprescindible y necesaria, no podríamos conocer la alegría sin ella.

Pero, ¿por qué tanto miedo, por qué tanta aprensión? (recelo o temor a algo o alguien), y ¿por qué no gustar de la  tristeza? Aunque tampoco  no consiste  en  poner un escrito en la agenda: “el viernes tengo que ponerme triste. ¡No olvidar!”…no, no es eso. Sino que la tristeza viene y va. Y no hay que salir corriendo.

Tampoco hay que dejarla ver que no la queremos, ¿alguna vez alguien se ha puesto en el lugar de la tristeza?, ¿Te imaginas  lo triste que la debe poner el hecho de que siempre la intentamos evitar?,  la tristeza es inevitable, Hay que disfrutarla. No, no me refiero a ser masoquista,  me refiero a ser humano,  la tristeza hay que vivirla, sentirla, sufrirla y  finalmente  superarla.

No es malo el hecho de aceptar que “¡hoy, estoy triste! Necesito sentarme y sentirlo. No es malo reconocer que estás herido(a), dolido(a), algo perdido(a), quizás también algo destrozado(a),  ¿Por qué no?

La tristeza te recorre el cuerpo, intenta dejar huella en cada vena, en cada músculo…intenta darles descanso…que por el momento no se muevan…que posen…que pausen…que piensen…

Y entonces todo ese dolor fluye con ira y furia lanzando agua salada a través de tus ojos, a través de tu mirada, y éste es el momento de entender que la tristeza  te está mirando, que la tristeza es la única que sabe lo que piensas, sientes y deseas con exactitud, en cada instante de tu minúscula existencia con solo sentirte sencillamente tú.

Hay algunas ventajas de el sentirse triste te percatas de que tienes sentimientos, de que estas vivo y sientes la emoción, aprendes de las experiencias pasadas, si lloras te limpias el alma de tanta basura que acumulas sin darte cuenta. Después podrás disfrutar de quedar vacio, y llenarlo con cosas nuevas y mejores  experiencias. Podrás saber quiénes en realidad te aprecia y quienes no, te conectas contigo mismo, te conoces, aprendes de los errores cometidos, aprendes a llorar, tienes la sensibilidad a flor de piel, maduras emocionalmente, construyes tus cimientos y te vuelves más creativo  (puedes componer música,  escribir, dibujar).

Por lo tanto, se puede incluso disfrutar de las emociones desagradables como la tristeza, si estamos tristes nos encontramos en condiciones optimas para realizar balances  y evaluar que hemos hecho bien y en que hemos fallado. Esto es algo que, por un lado hacen los individuos mejor adaptados, y por el otro, resulta casi imposible para las personas felices mientras más tristes se encuentren es más fácil aceptar nuestros errores.


Pues se trata de una condición emocional, en la que el individuo busca cambiar el estado de las cosas. La tristeza nos resultaría útil porque al estar ligada a la insatisfacción, el individuo promoverá cambios e intuirá mejores escenarios que el actual, ya que el crecimiento y el desarrollo del ser humano ha provenido del dolor y del pesar, mas no del placer o la felicidad . Así que, cuando necesitamos sentirnos tristes, es un error tratar de apresurar el proceso de sobrellevar nuestro sufrimiento, decepción o pena. La felicidad por lo general nos llega en momentos súbitos y fugaces; en cambio, asimilar nuestras emociones más sombrías nos llevara un poco de tiempo.




“La tristeza es un estado de ánimo que te permite estar momentos a solas contigo mismo”