martes, 5 de noviembre de 2013

“ Nuestro Super yo, como el  mejor verdugo”
POR: NEREYDA RETANA

En este Articulo expondré la forma en que nuestro super yo funciona, ya que no solo es esa parte de nuestra constitución psíquica que nos dice que es lo bueno y que es lo malo, si no que es ese pensamiento de nosotros que nos castiga cada que cometemos una equivocación, aun sin pensar en que faltas ante la sociedad podemos cometer, nos preocupamos por las fallas que hemos tenido a todo lo que nos han inculcado a lo largo de nuestro crecimiento.


Ello
 O "id". Concepto psicoanalítico perteneciente a la llamada "segunda tópica" (descripción del psiquismo propuesta por Freud en los términos ello - yo - super-yo).  El ello es la instancia o estructura del aparato psíquico más antigua; el bebé tiene sólo ello, y sólo el enfrentamiento con la realidad provocará en él la aparición del yo y del superyó. Del ello toma el sujeto la energía para el desarrollo de su vida psíquica. En el ello descansan los instintos, deseos y experiencias traumáticas. Es el enlace entre lo somático o corporal y lo mental. El principio que rige su actividad es el principio del placer y los mecanismos o procesos que dominan en él son los procesos primarios. Es inconsciente.
El yo
El yo es responsable de la relación con la realidad. El yo es impulsado por el principio de la realidad que trata de satisfacer los impulsos del ello de una manera aceptable. El yo trata de evitar el dolor y busca el placer de una manera realista.

Superyó                        

Según Sigmund Freud, el último componente de nuestra personalidad es el superyó. El superyó incorpora las normas morales y valores de la sociedad en que vivimos. Aprendemos estas normas y valores, especialmente de nuestros padres, pero también de otras personas que nos rodean como amigos, abuelos y maestros. Freud sugirió que el superyó se desarrolla a la edad de 4 – 5 años, durante la etapa fálica del desarrollo psicosexual.
El superyó controla los impulsos del ello, especialmente los no aceptadas por la sociedad en que vivimos. Por lo general, los instintos sexuales y agresivos no son aceptados por las personas que nos rodean.
El superyó tiene dos partes principales: el ideal del yo y la conciencia moral.
El ideal del yo es el retrato imaginario que muestra cómo debemos ser para respectar las reglas de la sociedad en que vivimos. El comportamiento que tratamos de lograr es fuertemente influenciado por nuestros padres y otros autoridades de nuestra vida. Respectando estas normas y reglas, nos sentimos aceptados, y tenemos sentimientos de orgullo y logro.
La conciencia moral contiene información acerca de las cosas y el comportamiento inaceptable por nuestros padres o por nuestra sociedad. Comportamientos prohibidos pueden conducir a la pena y el sentimiento de culpa. Por ejemplo, si el yo trata de satisfacer los impulsos agresivos del ello, el superyó hará que la persona se sienta culpable.
Los seres humanos parecen ser un campo de batalla donde dos luchadores de gran alcance, el ello y el superyó luchan juntos. El yo tiene la misión difícil de mediar los conflictos entre el ello y el superyó. El ello exige la satisfacción de los instintos primarios. El superyó se centra en las normas morales de nuestra sociedad y puede hacer que el yo se sienta culpable.
Según Sigmund Freud, una personalidad sana se caracteriza por un equilibrio entre  los tres elementos de la mente humana: ello,  yo y superyó.
Es aquí cuando comenzamos a regir nuestras acciones en base a lo que nos es enseñado desde pequeños y que se reafirma mediante la repetición de dichos actos, como lo son los valores (el amor, el agradecimiento, el respeto, la amistad, la bondad, la honestidad, puntualidad, aprender crítica constructiva, compasión, humildad, solidaridad, etc.) o la religión (los 10 mandamientos, siendo las más representadas el de actos impuros, no mataras, no robaras, no mentiras), así como seguir los prototipos de personas que la publicidad nos impone, por que solemos criticar a las personas en todo, que si son delgadas, que si están pasadas de peso, que si son muy bajas de estatura o muy altas, que si sus caderas, espaldas etc., mil conceptos que damos como leyes, la forma en que vestimos, si seguir la moda o no, con qué clase de gente relacionarnos según nuestra altura en la sociedad, los diferentes tipos de problemas que hay en la sociedad como la homosexualidad, los ateos, la drogadicción, la prostitución, la corrupción. ¿Quién catalogo esto como malo?, la sociedad logra imponernos que todo esto es malo, y nos lo va reafirmando con el paso del tiempo, ¿Quién asegura que alguien sabrá que hiciste algo de esto? pero por lo contrario, la mayor parte de las veces no dejamos de hacer esto por lo que los demás puedan decirnos sino por lo que nuestra “conciencia” nos recrimina, tal vez por eso los psicólogos decimos que es tan importante formar lo que es el súper yo, porque es la parte de la conciencia que nos ayudara a mantener la calma en las personas, mas aun incluso que la propia ley. Nos da pena el pensar en que alguien conocido llegue a enterarse de que llevamos a cabo una de estas situaciones, y pensamos en el que dirán, en que la sociedad nos dice que eso está mal.
Existen 4 tipos de normas que son : Religiosa, jurídica, social y moral; en base a las primeras tres tenemos que responder a  alguien ajeno a nosotros porque son promulgadas por otros, sin embargo el ultimo es el moral. Y cualquiera que sea la falta en cualquiera de los primeros, antes de caer en su representante (quien dará el castigo), respondemos ante el peor de nuestros verdugos, nuestra conciencia, que es nuestro súper yo diciéndonos: hiciste algo malo. Pero pensemos…¿Por qué? quien se dará cuenta de que nuestro acto es malo. La constitución del yo cambia en todos los países, por el simple hecho de que la formación de este se basa en lo que las demás personas nos inculcan, lo que determinamos cómo bueno y como malo. En el momento de hacer dicho acto no pensamos en, si nos van a meter a la cárcel o si nos van a multar. Es lo mal que nos sentimos como personas a la hora de pensar en que estamos fallándonos a nosotros mismos, porque con la moral y las fallas no respondemos a otros, solo a nosotros.



Sueño de hadas


Autor: Aideé Bran

Síndrome de Kleine- Levin (SKL)

El sueño es necesario para una vida sana y equilibrada. Las necesidades individuales de sueño varían ampliamente y en los adultos sanos van desde tan sólo 4 horas diarias de sueño hasta incluso 9 horas, hay factores que determinan las horas que uno puede dormir, como son la excitación o el estrés emocional, también existen medicamentos que producen somnolencia y otros que hacen difícil poder conciliar el sueño. La falta de sueño crónica y/o las alteraciones del sueño pueden ser factores a largo plazo del desarrollo de: enfermedad cardiovascular, obesidad, y diabetes.
 

Algunos de los trastornos del sueño más comunes son el insomnio que se caracteriza por la dificultad para mantener y conciliar el sueño durante la noche, somnolencia excesiva impide realizar actividades diarias ya que es difícil concentrase y mantener el interés en lo que se hace y la parasomnias  que es un trastorno frecuente en el niño durante el cuál sufre de sonambulismo y terrores del sueño o pesadillas.En diversas ocasiones tendemos a no dormir lo suficiente, para que nuestro cuerpo este en una condición adecuada haciendo nuestras actividades diarias y esto produce que estemos cansados y adormilados, pero si esto sucede de forma continua lo que provoca es que tenemos una alerta diurna disminuida (cansancio durante el día), nuestra habilidad de pensar y procesar la información disminuye al igual que nuestro sistema inmune, es por esto que nos enfermamos en alguna situación de estrés en la que no dormimos adecuadamente.


Hay un trastorno del sueño poco común, en el que las personas duermen más de las horas debidas o indicadas incluso duermen durante días enteros que los llevan a dormir semanas sin darse cuenta de lo que sucede en su alrededor, perdiéndose de las actividades que les gustan, de convivir con familia y amigos. Así como afectaciones emocionales por el hecho de perder contacto con la realidad y tener un desequilibrio al querer retomar las cosas que hacen o gustan.


El síndrome de Kleine-Levin o de la bella durmiente no es un cuento de hadas como lo hemos escuchado, este es un problema o más bien una enfermedad neurológica (trastornos del cerebro, la médula espinal y los nervios de todo el cuerpo, que controlan las funciones corporales), muy poco frecuente, que se ha dado en la adolescencia mayormente en hombres, dicho síndrome se caracteriza por dormir más de lo debido o normal, es decir, dormir durante días enteros e incluso semanas. Pero al KLS se caracteriza por dormir día a día más que el anterior, hasta que duermen sin interrupciones, a diferencia de la narcolepsia que se duermen inmediatamente. También se incluye la sobrealimentación compulsiva (trastorno en el cual la persona consume grandes cantidades de comida y llega a una saciedad excesiva al punto de sentirse culpable), conducta sexual desinhibida o un interés excesivo hacia el sexo, deterioro de las capacidades mentales, desorientación, agresividad e incluso alucinaciones.
En relación a la conducta sexual desinhibida, hubo un caso donde un joven se masturbaba en público, mostraba agresión sexual llegando al punto tener insinuaciones a miembros de su familia, en el deterioro de las capacidades mentales se incluyen la capacidad de atención y espacio no pueden mantener esa atención a preguntas y su lenguaje es escaso, hay dificultad en la toma de decisiones para realizar 2 acciones al mismo tiempo, además se incluye la sensación de estar en un sueño debido al largo tiempo que duermen, así como cefaleas (dolor de cabeza), fotofobias, fiebre y náuseas. Dichos síntomas pueden llegar a ser confundidos por la edad de la punzada o adolescencia, que es cuando se presenta este síndrome y lo relacionan más que nada los padres por la irritabilidad, el comer más de lo normal o muy seguido y por el interés hacia el tema del sexo.


Algunas de las causas del SKL que se descubrieron fue que las personas que presentan los síntomas anteriormente mencionados tienen  anormalidades en el lóbulo temporal, que es el área del cerebro que se relaciona con la conducta y la memoriaLas causas de dicha enfermedad aún no se saben del todo pero se cree que puede ser desencadenado por nacer prematuramente, un retraso en el desarrollo, epilepsias y autismo.

Recientemente se ha descubierto que esta enfermedad puede llegar a desparecer de la misma forma que apareció, además se han utilizado fármacos estimulantes, antiepilépticos, antidepresivos y antipsicóticos los cuales han sido efectivos, pero lamentablemente no se puede tener un  seguimiento de los resultados del tratamiento debido a la poca frecuencia de casos de esta enfermedad.
Si no se sabe detectar que se está teniendo un problema más grave como es el Síndrome de Kleine – Levin se puede confundir con un déficit del sueño común como es el no tener un sueño nocturno reparador adecuado lo que se refiere a no dormir lo debido durante la noche y se asume que por dicha causa la persona o en este caso el adolescente se desveló y por lo consiguiente empieza a dormir más de lo normal durante el día o tarde.

Existen diversos trastornos del sueño desde los que te quitan el sueño, tal como el insomnio hasta los que provocan somnolencia, pero el más extraño quizá sea el Síndrome de Kleine – Levin, éste trastorno hace que la persona que lo padece duerma días, semanas e incluso meses seguidos. El KLS o síndrome de la bella durmiente se da mayormente en adolecentes y presenta algunos síntomas que pueden ser confundidos por señales propias del cambio hormonal, estos síntomas son falta de atención, dormir más de lo debido, conducta sexual desinhibida y agresión al momento de querer despertarlos.

Pero hay que poner mayor énfasis en estas personas por que al estar en este estado, su sueño es muy profundo debido a que duermen días seguidos, se podría confundir con la muerte de dicha persona, porque al tener un sueño tan “pesado” y profundo fisiológicamente su presión arterial disminuye, así como su temperatura, respiración y frecuencia cardiaca y en algunas ocasiones tienen relajación de esfínteres. Por dichas causas este síndrome podría ser muy peligroso si no se conocen los síntomas que lo caracterizan  y llegaría a confundirse con algún otro trastorno o como anteriormente se mencionó, con la muerte de la persona que lo padece.