lunes, 23 de septiembre de 2013

AMOR MATERNO: DEL PARADIGMA A LA VERDAD




POR CYNTHIA MURILLO


En la biblia podemos encontrar sobre el amor de una madre que este es incomparable a ningún otro sentimiento humano. Este amor lo da todo sin pedir nada a cambio, que protege con ternura y perdona sin cesar.  Como ejemplos de este amor omnipotente en la biblia podemos encontrar en (Génesis 21:16) (Éxodo 2:3) (Samuel 2:19) (Reyes 3:26) y (San juan 19:25) los deberes que como hijos tenemos con nuestra madre: honrarla, temerle en actitud de respeto, no menospreciar su enseñanza y obedecerla.

En La cultura occidental el concepto de maternidad, está íntimamente asociado con la alegría, la bondad, el amor y el triunfo de la vida ante la muerte.
Para los griegos la esterilidad era el mal absoluto y el parto la mejor prueba de salud.
Durante el feudalismo como medida para prevenir el infanticidio las mujeres debían declarar su embarazo ante las autoridades o de lo contrario su hijo no sería bautizado. Todo esto a consecuencia de los múltiples abortos e infanticidios que en aquella época se veían. Dentro de aquel registro existían una multitud de prescripciones que dictaban el comportamiento que debía tener la madre, con la intención de proteger al niño.
La glorificación de la maternidad se impulsó durante el siglo XIX y fue Rousseau  quien idealizo el amor materno.
 
Francis Fukuyama afirma que existe una naturaleza humana determinada genéticamente que impulsa a los humanos a cumplir con ciertos comportamientos, como el amor a los progenitores.
. Habitualmente percibimos estas creencias o significaciones como hechos naturales más que como construcciones sociales. Esto hace que sean tan difíciles de modificar.
La naturalización de las producciones culturales implica que concebimos como naturales  hechos que en realidad son culturales. Lo natural alude a aquello que es inevitable e inmodificable porque es "algo natural". En cambio, es cultural todo aquello que construimos socialmente y, si lo construimos, es posible que construyamos algo diferente, por tanto lo cultural es evitable y modificable.

¿POR QUE NATURALIZAR EL “AMOR MATERNO?

El mito de la madre, es el mito de la omnipotencia materna, surgida del amor incondicional, de la abnegación absoluta y del sacrificio. El sufrimiento aparece como indispensable del amor materno, como si los dolores de parto marearan para siempre como una vivencia dolorosa.
La maternidad un trabajo ligado a la afectividad, recibe dosis más o menos elevadas de gratificación psíquica y de poder en el campo interpersonal de la familia y la pareja. La capacidad femenina de gestar y parir y el concomitante trabajo de crianza y atención, son consideradas para la mayoría de las personas como la esencia de la mujer.

El entramado que sostiene el mito de la madre, es la feminidad, no en el sentido del estereotipo o de las consignas comerciales de lo que es “ser femenina” sino como el proceso psíquico que lleva al as mujeres a sumirse, sentirse  y vivirse como tales.

Cuando se habla de maternidad solo en términos de “destino sublime” se olvidan las horas, trabajo que implica, cuando se elogia la abnegación se deja de lado el despotismo y la arbitrariedad que suele acompañar la crianza, cuando se alaba la devoción, se desconoce el maltrato, la crueldad, la aberraciones y locuras que muchas madre ejercen contras sus hijos. El mito del amor materno encubre las motivaciones hedonistas, oportunistas, utilitaristas e interesadas.

De tras de la “madre santa” encontramos a madres agotadas, hartas, golpeadoras, ambivalentes, culposas, inseguras, competitivas, deprimidas, narcisistas o simplemente desinteresadas en el hijo.

Tenemos que desarmar  el discurso que plantea la maternidad como vocación “natural” de las mujeres o esencia de la feminidad. De hecho hablando en términos naturales, no hay nada menos natural que ser madre.

Mead desvirtuó la presunta universalidad de las conductas maternales, mostrando como las mujeres del pueblo de Mundugumor de Nueva Guinea consideraban una carga y una desgracia tener hijos. Ahí las mujeres querían tener hijos y las mujeres hijas con la finalidad de que posteriormente los pudieran cambiar por nuevas parejas. Aquellos hijos del sexo no deseado eran tirados vivos al rio. (Margaret MEAD,1982)
En los Nuer en África oriental una mujer estéril puede llegar a disfrutar tratos y privilegios que solo el hombre tiene.

En el nordeste de Brasil Las mujeres dejaban morir a sus hijos más débiles con tal de que sobrevivieran los más fuertes y para ellas la muerte de un hijo no representaba la gran perdida.

En Europa durante los siglos XVI- XIX la práctica de abandono de niños era común en todas las clases sociales, las madres derivaban a nodrizas el amamantamiento de sus hijos sin preocuparse demasiado por su supervivencia. El fenómeno estaba tan extendido en Francia en 1780 que sobre 21000 niños nacidos en parís solo 1000 eran nutridos por sus madres. Estas cifras resultan especialmente reveladoras en una época en que la lactancia materna representaba una mayor posibilidad de supervivencia.


ENTONCES, ¿QUE HAY DE LO INCONDICIONAL E INNATO  QUE SE DICE  ES EL AMOR MATERNO?

EL AMOR INCONDICIONAL NO EXISTE, siempre está sujeto a la respuesta del otro, a nuestra propia evolución biográfica. Sin embargo nuestra cultura ha naturalizado el mito, haciendo pensar a las mujeres que si no sienten un amor sin macula, no son buenas madres. Esta influencia cultural es la causante de que el amor materno sea el único mito del que no queremos desprenderos. La valorización social de las mujeres como madres y el nivel de gratificación narcisista que las compensa profundamente, facilita la aceptación de las propias madres del mito impregnado de sacrificio y victimización.

El deseo natural de tener un hijo puede ser el deseo de reafirmar la propia feminidad, de unirse a un compañero o de asegurarse una vejez acompañada. Si bien el amor maternal es ambivalente, ambiguo y complejo. No es de ninguna manera un sentimiento puro e ideal ni tampoco simple, sin conflictos, tal como aparece en el imaginario colectivo.
Por el contrario es un sentimiento donde se mezclan estrechamente agresividad, la investidura y el reconocimiento del otro y la confusión con e. (Fiszelew & Oiberman 1995)

*La funcion de la maternidad ha concedido a muchas mujeres la oportunidad de ejercer actitudes perversas hacia sus bebes, utilizándolos como extensiones de sus propios cuerpos para satisfacer sus propias necesidades inconscientes. Las mujeres no saben nada acerca de los bebes, excepto que con su llegada se supone que ellos obtendrán satisfacción y felicidad, aun cuando sea realmente angustioso y resulte un inconveniente practico. A menudo obtiene satisfacción y felicidad, pero en ocasiones e inconscientemente, resurge una vieja y dolorosa experiencia, la terrible sensación de desesperación, abatimiento e incapacidad puede convertirse fácilmente en odio y venganza dirigido al nuevo bebe.   
               
 El cuerpo extraño será responsable del incremento de la concentración libidinal del yo y de un narcisismo temprano incrementado, que cesa cuando el feto comienza a moverse.  A partir de entonces se experimenta la existencia del feto como un objeto distinto dentro del yo y esta conciencia interrumpe el proceso narcisista de la mujer embarazada.

El movimiento del feto es el inicio del primer contacto con el niño e indica el despertar del cariño maternal en la madre.  Los impulsos de las mujeres conducen hacia la búsqueda del objeto; como resultado de ello algunas mujeres tienden hacia determinados propósitos perversos extraños para los hombres. Algunas mujeres se quedan embarazadas con la convicción de que es la única forma de establecer una relación con cierta continuidad con un hombre. Para otras, el deseo de quedarse embarazadas nace del deseo de vengarse de un hombre al que han aprendido a odiar por que se han sentido profundamente humilladas.           (LESTER & NORMAN)

Lacan  (seminario IV) Afirma que la madre nunca está a solas con el hijo: entre uno y otro siempre está el falo. El niño cobra un valor fálico al identificarse con el objeto de deseo materno, el cuarto término de esta relación es el padre. El falo es definido aquí como un significado, tiene un valor imaginario que se introduce en la metonimia del deseo de la madre. A partir de la de la distinción entre castración, frustración y privación, Lacan ubica a la frustración como centro de la relación madre-hijo. pero añade Miller (“el falo borrado”) aquí lo más importante es la frustración de la madre como mujer.

La maternidad es un largo camino que reencuentra un tesoro dejado de lado en la infancia, pero construido durante esa etapa.    “la madre es un secreto de infancia.es un asunto del inconsciente” (Delassus 1998).

El amor materno aparece como una formación psiquica de gran complejidad y donde su éxito no depende solamente del yo. Y como todo proceso psíquico de envergadura, la maternidad va a obedecer a los siguientes conceptos fundamentales:  los procesos inconscientes son infinitamente mas ricos y complejos en relación a los procesos consientes.  
                              
El llamado instinto maternal, como forma del amor maternal no sería tal ya que se reemplazaría por la cualidad  o aptitud maternal en cuya raíz se localiza el instinto de supervivencia.                              
             
La experiencia vivida en la maternidad es un núcleo fundamental de la mujer en su historia personal. Una detención por fijación de este desarrollo, bloquea la evolución de los integraciones sucesivas.        
                       
 La relación de la madre con su hijo se desarrolla en la realidad concreta teniendo como “trasfondo” las relaciones fantasmaticas  (Lebovici, 1996). Así el inconsciente, el pasado y el imaginario se entrelazan entre si, e impregnan la relación actual de la madre con si hijo para enriquecerla o por el contrario comprometerla.   
                                             
 El destino de la maternidad depende de un problema central: la identificación con la madre.

Después de la investigación realizada puedo concluir que el amor materno es un asunto cultural y aunque existe un prototipo globalizado de lo que ser madre implica, en cada pueblo o etnia la maternidad se acepta y se adopta de diversas maneras. Pero socialmente nos es muy difícil aceptar esa diversidad cultural, resulta un tema tabú y controversial el hablar de madres “desnaturalizadas”.                   

 En lo personal no estoy de acuerdo con que se estigmatice a una mujer por no cumplir con lo que la sociedad nos impone, la maternidad es una elección y no una ley natural que las mujeres debamos cumplir. El amor de madre nunca será sin mancha moral alguna y esto debe ser aceptado como tal. No comparto la idea de que se glorifique a las madres ya que esto las orilla a comportarse de una manera socialmente aceptada aunque realmente sus deseos o intenciones sean otras. A su vez esta glorificación a la madre le permite apoderarse de la vida del hijo sin que la sociedad la señale. Esto me lleva a pensar que también es un asunto de religiosidad con la finalidad de mantener el orden y bajo control a los individuos desde nuestros primeros años de vida, donde la biblia se convierte automáticamente en nuestra constitución moral y nos hace creer que si no cumplimos con nuestros deberes como hijos seremos sancionados por una autoridad divina.            

7 comentarios:

  1. me parece muy interesante tu articulo, y estoy de acuerdo contigo en que influye mucho la cultura en lo que llamamos amor de madre.

    ResponderEliminar
  2. es muy interesante tu articulo, me gusto tu punto de vista, y estoy de acuerdo contigo, ya que la cultura influye mucho en la persona, mas sin embargo pocas personas lo ven de tal forma.

    ResponderEliminar
  3. Es bien interesante y abordarlo de esta manera me gusto mucho

    ResponderEliminar
  4. me agrado tu articulo y me parecio interesante y ps si efectivamente la cultura tiene mucho que ver ..

    ResponderEliminar
  5. interesante tu artículo, ya que es abordado desde otro punto, del que comúnmente conocemos.

    ResponderEliminar
  6. Me parece muy interesante tu articulo, y aunque nunca lo había visto desde ese punto de vista, me parece que tiene algo de verdad. Solo no te entendí la parte donde dices "De hecho hablando en términos naturales, no hay nada menos natural que ser madre", espero y me puedas explicar mejor esa expresión.

    ResponderEliminar
  7. muii interesante thu articulo me aGrado mucho y creo Qe tienes razon sobre como influye la culthura!!!

    ResponderEliminar