jueves, 26 de septiembre de 2013

¡ESTAR A SOLAS CONTIGO MISMO! 


Por: Alejandra Muñoz.


Escuchando y al mismo tiempo meditando todo lo que mi corazón le dice a mi mente entiendo que al final he quedado solo (la), y lo que queda en todo mi ser, son solo recuerdos que me ahogan, que me lastiman, que me llevan simplemente a la realidad, que es la que nos hace conocernos a nosotros mismos, que es la bendita soledad.


 

La tristeza es un estado de ánimo que te permite estar a solas contigo mismo.



La tristeza en una de las emociones básicas de ser humano junto con el miedo, la ira, el asco, la alegría, el enojo. Es la expresión del dolor afectivo mediante el llanto, el rostro abatido, la falta de apetito, etc. A menudo nos sentimos tristes cuando nuestras expectativas no se ven cumplidas o cuando las circunstancias de la vida son más dolorosas que alegres. Los síntomas de la tristeza son: llorar, nervios, rencor y decaimiento moralmente. Muchas  cosas pueden hacer sentirnos tristes como: Las cosas no resultan como deseas, te sientes herido, Pierdes algo especial,extrañas a alguien, escuchas alguna noticia triste, muere alguien o por amor. La tristeza puede durar de 3 a quince días.
La tristeza puede ser un síntoma de la depresión, que se caracteriza, entre otras cosas (abatimiento general de la persona, descenso de la autoestima y sentimientos de pesimismo, desesperanza y desamparo), por una tristeza profunda y crónica.
Un estudio realizado muestra que los adolescentes y los adultos perciben la tristeza más frecuentemente que los niños, siendo los adolescentes los que lo sufren con mayor intensidad. Para los adultos, la tristeza suele estar acompañada con problemas familiares, mientras que en los adolescentes se debe a conflictos con los padres o amigos. En los niños, así como en los adolescentes, se asocia casi exclusivamente con la muerte.
En psiquiatría se habla de tristeza patológica cuando hay una alteración de la afectividad en que se produce un descenso del estado de ánimo, que puede incluir también pesimismo, desesperanza y disminución de la motivación. La tendencia alternativa entre las emociones de alegría y de tristeza es la labilidad emocional.
Muchas personas se ven afectadas por la tristeza propia de los meses de invierno. De hecho, algunas de ellas sufren una dolencia denominada desorden afectivo estacional, cuyos síntomas comienzan al final del otoño. Los síntomas más comunes de la melancolía invernal son: falta de energía y letargo; aumento del apetito y aumento de peso (debido a un ansia por consumir hidratos de carbono), apatía sexual y cambios repentinos en el estado de ánimo de la persona, etc. No se conocen las causas, pero es posible que se deba a la reducción de luz natural y las bajas temperaturas propias del invierno.
Cuando la tristeza dura mucho tiempo, es demasiado intensa e impide que una persona disfrute de las cosas buenas de la vida, se denomina depresión. Por lo tanto, la severidad, la duración y la presencia de otros síntomas son lo que diferencian la depresión clínica de la tristeza. Puede presentar variados síntomas, sentirse mal, que pueden ser además paradójicos, incluyendo insomnio pero también la necesidad de permanecer en cama todo el día, la falta de apetito, pero también el comer demasiado e incluso dolores y molestias que parecen producirse sin causa aparente. La depresión clínica no exime a nadie; no distingue entre sexos, edades, razas, entornos socioeconómicos. Sin embargo, las cifras que componen las estadísticas confirman que las mujeres son dos o tres veces más propensas que los hombres a sufrir de depresión clínica. Una compleja combinación de factores (psicológicos, sociales, ambientales, culturales, hormonales, biológicos y fisiológicos) contribuye a que haya mayor incidencia de depresión entre las mujeres.

La tristeza es una emoción negativa que tenemos que evitar a toda costa.

Y aunque a algunas personas les parezca una prueba de agudeza y de madurez mostrar una actitud de constante denuncia de los males que padecen ellos, o la sociedad en general, es mucho más práctico dedicar esas energías –o al menos una buena parte de ellas– a descubrir buenos ejemplos en quienes nos rodean, y procurar seguirlos. No es que haya que ignorar o esconder lo que está mal, pero es importante aprender a centrarse en tareas que siempre sean constructivas.
Hay otras muchas formas de abordar la tristeza. Por ejemplo, esforzarnos por ver las cosas desde una óptica diferente, más positiva; eludir los pensamientos auto-compasivos o victimitas; vislumbrar lo positivo que –poco o mucho– puede haber detrás de lo que en ese momento nos parece tan negativo; pensar que muchas otras personas saben sobrellevar bien situaciones que son objetivamente mucho peores; buscar el desahogo en alguien que, al no estar atrapado por esa espiral de la tristeza, pueda más fácilmente ofrecernos alternativas o remedios; etc.
¿Y qué se puede hacer para superarlo?
La mejor terapia contra la tristeza es reflexionar sobre sus causas, para así buscar remedio en la medida que podamos.
·         Aprender a abordar los pensamientos.
·         considerar alternativas más positivas.
·         La distracción es una buena forma de alejar esas ideas recurrentes.
·         Saber amar la tristeza.

La tristeza nos ayuda a reflexionar sobre nosotros mismos y nuestra forma de vida, con lo que aprendemos a conocernos mejor.
La tristeza es la emoción que sentimos cuando hemos perdido algo importante, cuando nos ha decepcionado algo o cuando ha ocurrido alguna desgracia que nos afecta a nosotros o a otra persona. También, cuando nos sentimos solos, a menudo nos sentimos tristes.
La tristeza solo puede ser un momento o bien puede durar hasta más dependiendo lo que nos lleve a sentirnos triste es el tiempo que duramos. Para poder enfrentarnos a la tristeza tenemos que admitir que estamos tristes, distraernos o bien contárselo a alguien, etc.
Cuando la tristeza se apodera de nosotros nos sentimos: solos, con ganas de llorar, si ganas de nada, perder el apetito perder el interés por vernos bien físicamente como no bañarnos etc…
No gusta que la gente se de cuenta de que estamos triste ya que estamos en un signo de debilidad Pero si nos dejamos dominar por esos sentimientos podemos cambiar aun estado de ánimo diferente podemos llegar a poder superar la tristeza pero si no lo logramos podemos llegar a caer en un depresión.
Sin embargo, la tristeza común, esa melancolía que lleva a las personas a estar abatidas, a aislarse de los demás y hundirse bajo el peso de la soledad o el desamparo, es un sentimiento cruel y  hay que aprender a superarla.
Lo mejor de la tristeza en que nos permite estar solos con nosotros nos da tiempo para reflexionar sobre lo que nos está pasando, nos dan ganas de escapar de perdernos de que nadie sepa donde estas. Y si la tristeza no fuera parte de nuestra vida no conoceríamos la felicidad.


Las lágrimas son palabras que necesitan llorar. Sin ellas ninguna alegría tiene brillo & ninguna tristeza tiene un final bonito. 

3 comentarios:

  1. me parece muy interesante tu articulo desde el punto de vista que lo tomas

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  2. muy bien tu articulo, entonces ¿se podría decir que tu, al contrario de lo que menciona Laura, dices que la tristeza es mala y hay que "evitar a toda costa"?

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